miércoles, 28 de mayo de 2008

Es increíble los lugares tan recónditos donde viven algunas familias... el contacto que tienen con otras personas es tan tan escaso, que algunos de los niños al vernos se escondían extrañados y quizás algo asustados.

Los ríos que atravesamos eran maravillosos, de agua transparente y con una vegetación exhuberante.

No pudimos llegar hasta el puesto de vigilancia de El Diamante, porque se nos hacía noche, pero sí a una comunidad muy cercana que lleva el mismo nombre, donde dormimos en la escuela. Me encantan las caras de felicidad de Paco y Jose en el momento de descubrir que ya habiamos llegado!!!

Nos quitamos las botas de hule y nos comimos un plato caliente que nos supo a gloria después de estar a base de agua, caramelos de menta y galletitas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No digas muy alto lo de tu menú de supervivencia que el Ferrán Adrià es capaz de hacer una tapa con caramelos de menta y galletitas...
que está la cosa muuu malita.
Un beso.