Es increíble los lugares tan recónditos donde viven algunas familias... el contacto que tienen con otras personas es tan tan escaso, que algunos de los niños al vernos se escondían extrañados y quizás algo asustados.
Los ríos que atravesamos eran maravillosos, de agua transparente y con una vegetación exhuberante.
No pudimos llegar hasta el puesto de vigilancia de El Diamante, porque se nos hacía noche, pero sí a una comunidad muy cercana que lleva el mismo nombre, donde dormimos en la escuela. Me encantan las caras de felicidad de Paco y Jose en el momento de descubrir que ya habiamos llegado!!!
Nos quitamos las botas de hule y nos comimos un plato caliente que nos supo a gloria después de estar a base de agua, caramelos de menta y galletitas.
Otoño 2010
Hace 14 años
1 comentario:
No digas muy alto lo de tu menú de supervivencia que el Ferrán Adrià es capaz de hacer una tapa con caramelos de menta y galletitas...
que está la cosa muuu malita.
Un beso.
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