Los ríos que atravesamos eran maravillosos, de agua transparente y con una vegetación exhuberante.
No pudimos llegar hasta el puesto de vigilancia de El Diamante, porque se nos hacía noche, pero sí a una comunidad muy cercana que lleva el mismo nombre, donde dormimos en la escuela. Me encantan las caras de felicidad de Paco y Jose en el momento de descubrir que ya habiamos llegado!!!
Nos quitamos las botas de hule y nos comimos un plato caliente que nos supo a gloria después de estar a base de agua, caramelos de menta y galletitas.
1 comentario:
No digas muy alto lo de tu menú de supervivencia que el Ferrán Adrià es capaz de hacer una tapa con caramelos de menta y galletitas...
que está la cosa muuu malita.
Un beso.
Publicar un comentario